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viernes, 17 de mayo de 2013

La lectura del conocimiento


Lectura del artículo: La Lectura del Conocimiento, de Jose Antonio Millán. 
La sociedad de la información forma parte de nuestras vidas. En la actualidad se ha convertido en un pilar fundamental de la sociedad del conocimiento. Con el paso del tiempo, la información aumenta de forma exponencial y de una forma más fácil que hace cientos de años, gracias a las nuevas tecnologías. Casi toda la información ya está en un formato digital, como por ejemplo algunas leyes, informaciones de empresas, noticias, etc., a lo que hay que incluir la digitalización de muchos libros y documentos de los archivos e incluso datos sobre datos. Como consecuencia, casi toda la información está al alcance de nuestras manos y buena prueba de ello es la existencia de medio billón de páginas web.
Internet se ha convertido en algo parecido a la Torre de Babel: gran cantidad de información. El problema es que existen diferentes fuentes de información y autores, para cualquier información que un usuario busque. Para ello se hace necesario localizar esas diversas fuentes, comprenderlas, contrastarlas, resumirlas, sacar conclusiones y finalmente construir un nuevo conocimiento.
La información es una parte del conocimiento, cuya clave es la lectura, que es la capacidad del ser humano alfabetizado para extraer información. De este modo todo está interrelacionado: la lectura es la llave del conocimiento en la sociedad de la información.
En un principio sólo los profesionales necesitaban ser competentes en el acceso a la información digital. Sin embargo, en la actualidad cualquier usuario de internet tiene habilidades avanzadas de lectura y de búsqueda, ha construido nuevos saberes sobre los anteriores.


La lectura: La cultura escrita es preservadora del conocimiento y es posibilitadora del diálogo con el pasado. Se ha convertido en un medio de comunicación social, facilitado en gran medida por internet.
La lectura es en realidad la suma de varias habilidades, que se comienzan a adquirir y ejercitar desde el nacimiento. Es un proceso constante, en el que se comienzan a distinguir diferentes grafías, palabras y finalmente textos. Para convertirse en un lector hábil y competente, deberá  ser capaz de leer incluso en saltos de vista,  comprender el significado del texto y hacer lecturas silenciosas.
La escuela tiene un papel fundamental en el proceso de adquisición de la lectura. Para ello además de la adquisición de técnicas, es necesaria la motivación, el interés por conocer la palabra escrita. Gracias a la gran variedad de libros dedicados a los niños, la motivación puede estar garantizada. Si los docentes tienen criterio y creatividad, cualquier texto puede servir para enseñar a leer (no sólo los cuentos, sino que también revistas, catálogos, etc.). La educación también proporciona herramientas para la lectura de imágenes, lo cual resultará de utilidad para manejarse en el manejo de la Web. No sólo se trata de leerlas, sino de aprender a interpretarlas.
No sólo es el entorno escolar influye en el aprendizaje lector, también dependen de la maduración neurológica y del entorno familiar. Un lector avanzado se ha formado como consecuencia de años de práctica. Por ello es necesaria la combinación de la enseñanza escolar con la de la familia. Esta última es el primer agente de influencia en el niño, y si en su casa no hay un ambiente lector, el niño no alcanzará las capacidades para tratar con textos. Además será necesario que el niño tenga acceso a todo tipo de obras, para ser competente en todos los niveles de lectura. La falta difícil de hábitos hará difícil el desarrollo de un lector competente.
Las nuevas tecnologías han perfeccionado los procedimientos de representación textual, y como consecuencia, los sistemas de lectura avanzan y se automatizan para facilitar el proceso de lectura: se crearon tipos de letra legibles y a la vez se desarrollaron diseños de página adecuados a las capacidades de lectura. El problema es que facilitan la lectura hasta tal punto que no precisa de buenos lectores.

La sociedad lectora: Los lugares de lectura son variados. Podemos encontrarnos personas leyendo en casi cualquier lugar, en lugares públicos, quizás facilitados por la red de bibliotecas. Las facilidades son inmensas, y más gracias a la riqueza de libros. Hay una amplia gama de textos escritos, que proporcionan ocasiones para lanzarse a la lectura, motivan al lector de cualquier edad y  fomenta el número de buenos lectores.
La oferta de las editoriales, la familia, la escuela y las bibliotecas preparan a los ciudadanos para la sociedad de la información. La lectura forma en la construcción de una articulación intelectual.  La práctica de la lectura entrena en la comunicación con el otro. La lectura es creadora de mensajes destinados a las personas, es una base de comunicación.

Conclusión
 "La lucha por comprender y utilizar las nuevas tecnologías digitales exige muchas cosas nuevas, sí; pero presupone las antiguas. Y la más importante de ellas es la lectura".

      La idea es clave para abordar los retos el alfabetismo tal como se entiende en la cultura digital. En este nuevo concepto de alfabetismo están las competencias complejas de lectura. Éstas, según J. A. Millán, sólo se pueden desarrollar satisfactoriamente mediante la lectura de libros, revistas, periódicos, catálogo, etc. La lectura a través de la red está  al servicio de la búsqueda de datos, de asimilación de informaciones breves. Y la lectura detenida y extensa es la que más forma los hábitos lectores, los automatismos y las capacidades de una extracción eficiente de información.
       El medio digital no sustituye, será la educación en los soportes y modalidades de la información lo que permite a nuestros alumnos aprender a moverse en el uso de las TIC.
      La escuela debe proporcionar herramientas para la interpretación de los gráficos, esquemas y yuxtaposición de imágenes. Sin el desarrollo de las capacidades lectoras, las personas no sabrán utilizar sus contenidos y construir con ellos unos conocimientos que además luego puedan comunicar.
     A diferencia de los medios tradicionales, Internet es un medio de comunicación que une a las personas: el ciudadano de la red es  receptor, es usuario de informaciones, es emisor, crea mensajes. La práctica de la lectura es la base más firme para la comunicación con otros. La lectura no solo ayuda a organizar nuestros mundos conceptuales y sensibles, sino que nos enseña a jerarquizar y organizar los conceptos que hemos construido para transmitírselos a otros.
La Red es una gran fuente de información, a veces bien fundamentada y en otras ocasiones erróneas. Si queremos ser lectores competentes, o buenos lectores, debemos aprender a contrastar la información, a analizarla y a sacar conclusiones, y no meramente conformarnos con lo primero que leamos.

El lector se hace, no nace. Desde el nacimiento estamos aprendiendo y adquiriendo las diferentes competencias lectoras. Para ello es necesaria la combinación de un entorno familiar apropiado o que fomente al hábito lector, así como el lenguaje; el aprendizaje en la escuela y el acceso a los diferentes tipos de textos existentes y su gran variedad. Todo esto combinado es lo que crea buenos lectores, lo que los hace competentes, para afrontar la lectura a cualquier nivel de comprensión.

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