Lectura del artículo: La Lectura del Conocimiento, de Jose Antonio Millán.
La sociedad de la información forma parte de
nuestras vidas. En la actualidad se ha convertido en un pilar fundamental de la
sociedad del conocimiento. Con el paso del tiempo, la información aumenta de
forma exponencial y de una forma más fácil que hace cientos de años, gracias a
las nuevas tecnologías. Casi toda la información ya está en un formato digital,
como por ejemplo algunas leyes, informaciones de empresas, noticias, etc., a lo
que hay que incluir la digitalización de muchos libros y documentos de los
archivos e incluso datos sobre datos. Como consecuencia, casi toda la
información está al alcance de nuestras manos y buena prueba de ello es la
existencia de medio billón de páginas web.
Internet se ha convertido en algo parecido a la Torre de Babel: gran
cantidad de información. El problema es que existen diferentes fuentes de
información y autores, para cualquier información que un usuario busque. Para
ello se hace necesario localizar esas diversas fuentes, comprenderlas,
contrastarlas, resumirlas, sacar conclusiones y finalmente construir un nuevo
conocimiento.
La información es una parte del conocimiento, cuya
clave es la lectura, que es la capacidad del ser humano alfabetizado para
extraer información. De este modo todo está interrelacionado: la lectura es la
llave del conocimiento en la sociedad de la información.
En un principio sólo los profesionales necesitaban
ser competentes en el acceso a la información digital. Sin embargo, en la
actualidad cualquier usuario de internet tiene habilidades avanzadas de lectura
y de búsqueda, ha construido nuevos saberes sobre los anteriores.
La lectura: La cultura escrita es preservadora del
conocimiento y es posibilitadora del diálogo con el pasado. Se ha convertido en
un medio de comunicación social, facilitado en gran medida por internet.
La lectura es en realidad la suma de varias
habilidades, que se comienzan a adquirir y ejercitar desde el nacimiento. Es un
proceso constante, en el que se comienzan a distinguir diferentes grafías,
palabras y finalmente textos. Para convertirse en un lector hábil y competente,
deberá ser capaz de leer incluso en
saltos de vista, comprender el
significado del texto y hacer lecturas silenciosas.
La escuela tiene un papel fundamental en el proceso
de adquisición de la lectura. Para ello además de la adquisición de técnicas,
es necesaria la motivación, el interés por conocer la palabra escrita. Gracias
a la gran variedad de libros dedicados a los niños, la motivación puede estar
garantizada. Si los docentes tienen criterio y creatividad, cualquier texto
puede servir para enseñar a leer (no sólo los cuentos, sino que también
revistas, catálogos, etc.). La educación también proporciona herramientas para
la lectura de imágenes, lo cual resultará de utilidad para manejarse en el
manejo de la Web. No
sólo se trata de leerlas, sino de aprender a interpretarlas.
No sólo es el entorno escolar influye en el
aprendizaje lector, también dependen de la maduración neurológica y del entorno
familiar. Un lector avanzado se ha formado como consecuencia de años de
práctica. Por ello es necesaria la combinación de la enseñanza escolar con la
de la familia. Esta última es el primer agente de influencia en el niño, y si
en su casa no hay un ambiente lector, el niño no alcanzará las capacidades para
tratar con textos. Además será necesario que el niño tenga acceso a todo tipo
de obras, para ser competente en todos los niveles de lectura. La falta difícil
de hábitos hará difícil el desarrollo de un lector competente.
Las nuevas tecnologías han perfeccionado los
procedimientos de representación textual, y como consecuencia, los sistemas de
lectura avanzan y se automatizan para facilitar el proceso de lectura: se
crearon tipos de letra legibles y a la vez se desarrollaron diseños de página
adecuados a las capacidades de lectura. El problema es que facilitan la lectura
hasta tal punto que no precisa de buenos lectores.
La sociedad lectora: Los lugares de lectura son variados. Podemos
encontrarnos personas leyendo en casi cualquier lugar, en lugares públicos,
quizás facilitados por la red de bibliotecas. Las facilidades son inmensas, y
más gracias a la riqueza de libros. Hay una amplia gama de textos escritos, que
proporcionan ocasiones para lanzarse a la lectura, motivan al lector de
cualquier edad y fomenta el número de
buenos lectores.
La oferta de las editoriales, la familia, la
escuela y las bibliotecas preparan a los ciudadanos para la sociedad de la
información. La lectura forma en la construcción de una articulación intelectual. La práctica de la lectura entrena en la
comunicación con el otro. La lectura es creadora de mensajes destinados a las
personas, es una base de comunicación.
Conclusión
"La lucha por comprender y utilizar las nuevas tecnologías
digitales exige muchas cosas nuevas, sí; pero presupone las antiguas. Y
la más importante de ellas es la lectura".
La idea es clave para abordar los retos el alfabetismo tal como se
entiende en la cultura digital. En este
nuevo concepto de alfabetismo están las competencias complejas de lectura.
Éstas, según J. A. Millán, sólo se pueden desarrollar
satisfactoriamente mediante la lectura de libros, revistas, periódicos,
catálogo, etc. La lectura a
través de la red está al servicio de
la búsqueda de datos, de asimilación de informaciones breves. Y la lectura detenida y extensa es la
que más forma los hábitos lectores, los automatismos y las capacidades
de una extracción eficiente de información.
El medio digital no sustituye, será la
educación en los soportes y modalidades de la
información lo que permite a nuestros alumnos aprender a
moverse en el uso de las TIC.
La escuela debe proporcionar
herramientas para la interpretación de los gráficos, esquemas y
yuxtaposición de imágenes. Sin el desarrollo
de las capacidades lectoras, las personas no sabrán utilizar sus
contenidos y construir con ellos unos conocimientos que además luego
puedan comunicar.
A diferencia de los medios tradicionales,
Internet es un medio de comunicación que une a las personas: el ciudadano de la
red es receptor, es usuario de informaciones, es emisor, crea mensajes. La práctica de la lectura es la base
más firme para la comunicación con otros. La
lectura no solo ayuda a organizar nuestros mundos conceptuales y
sensibles, sino que nos enseña a jerarquizar y organizar los conceptos
que hemos construido para transmitírselos a otros.
La Red
es una gran fuente de información, a veces bien fundamentada y en otras
ocasiones erróneas. Si queremos ser lectores competentes, o buenos lectores,
debemos aprender a contrastar la información, a analizarla y a sacar
conclusiones, y no meramente conformarnos con lo primero que leamos.
El lector se
hace, no nace. Desde el nacimiento estamos aprendiendo y adquiriendo las
diferentes competencias lectoras. Para ello es necesaria la combinación de un
entorno familiar apropiado o que fomente al hábito lector, así como el
lenguaje; el aprendizaje en la escuela y el acceso a los diferentes tipos de
textos existentes y su gran variedad. Todo esto combinado es lo que crea buenos
lectores, lo que los hace competentes, para afrontar la lectura a cualquier
nivel de comprensión.
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